Como cogerte una zapa

Muchos de ustedes lo pidieron, y como un servicio a mis lectores, acá les dejo las instrucciones para cogerse una zapatilla y poder practicar este fetiche. Un verdadero fetichista de las zapas, mantiene una relación muy especial con sus zapatillas y las de las otras personas, una adoración que va más allá del sexo para adentrarse de lleno en el mundo de los rituales. Uno de estos rituales, es el de masturbarse con las zapas propias o ajenas.

El paso uno es elegir un par de zapatillas que nos gusten mucho. Siempre debe ser aquel modelo que nos excite de sobremanera. Muchas veces la zapa que elegimos está asociada a la manera en que las usa un pibe determinado, por eso es casual que tengamos preferencia por zapatillas usadas. Si es así, hay lugares claves para conseguirlas: un gimnacio, un vestuario, y como todo en la vida: el mejor lugar es la calle. A muchas personas les proboca que tengan algo de uso (como en mi caso), otros las prefieren casi destruidas.

Existen modelos que a casi todos los fetichistas nos gustan mucho. Modelos clásicos de las grandes marcas que hacen que estemos dispuestos a todo por tener sexo con esa zapa. De más está decir que muchas veces debemos entregarnos por completo para conseguirlas. Allí se reconoce a un verdadero fetichista, es aquel que va hasta el extremo por conseguir la zapa que desea. Uno de mis modelos favoritos son las Adidas Jerez, las Goodyear y por supuesto las grandiosas SL 76. Dentro de la marca NIKE, son muy buscadas las Cortez y las 90. Los dejo con dos fotos de unos pares míos de estos modelos:

Al momento de elegir PUMA sin duda estos dos modelos se llevan todos los premios, junto a las clásicas Speed Cat:

También son muy interesantes algunos modelos de Converse, las reebok Specialist y las Penaltys ATF 400. El fetichista es una persona que consigue enamorarte de las zapas elegidas. Cuando tengas en tu poder el modelo de zapatillas que te enloquese, comienza una etapa de interminables juegos con ellas. Lamerlas, besarlas, dormir con ellas, sentirlas en tu cuerpo, penetrarlas a diario, llenarlas de tu semen, orinarlas, beber en ellas, usarlas todo el día y comenzar a personalizarlas de acuerdo a los estilos que más nos exciten. Así podemos soltarles los cordones, sacárselos, cambiarles el color, usarlas pisando sobre su parte trasera, arrancarle alguna parte, desteñirlas.

También es muy bueno integrarlas a nuestros encuentros sexuales con otras personas. Usarlas mientras tenemos sexo, ya sea que penetremos o que nos penetren. Hacérselas usar a nuestros amantes, pedirles que acaben en ellas...

Todo esto resulta mucho más estimulante si lo hacemos con otra persona que comparta nuestro mismo fetiche. Allí los juegos con nuestras zapatillas son infinitos.

Con el tiempo se van transformando en las mejores amantes. Consiguen el olor que más te gusta, se amoldan a vos y lo más importante: siempre están disponibles para tener sexo.

Como dije al principio lo mejor es tener la posibilidad de penetrarlas. Meterles nuestra pija y franelearlas hasta acabar en ellas es una sensación muy especial.

Sin embargo las zapatillas no son para siempre. Si bien los fetichistas guardamos pares viejos a los que nos aferramos, siempre existe la tentación de destruir ese par que tanto nos excita. Está bueno sentir ese momento de omnipotencia en que cogés una zapa hasta destruirla.

A partir de allí, comienza el juego nuevamente.