sábado, septiembre 29, 2007

Historias del Monito: "Primaveral encuentro con Umbro"

Ya les conté de mi amigo Pablo, quien comparte mi fetichismo por las zapatillas y además es cadete en el estudio donde trabajo. Habitualmente me gozo viéndolo llegar con sus zapas desatadas y disfrutando de todos los jueguitos que hace habitualmente con ellas. Por supuesto que en más de una oportunidad comparte conmigo intensos momentos de juegos sexuales y fetichismo.

Pablo generalmente tiene un solo par de zapatillas que usa hasta casi destruirlo. Casi todos sus pares no resisten entre uso y sexo más de tres o cuatro meses. Su último par de zapas fueron unas Adidas Goodyear color marrón clarito que estrenó pidiéndonos practicar bukkake. Durante un tiempo las habíamos intercambiado, de manera que además de ver como las iba transformando y destruyendo con el tiempo, también pude usarlas y contribuir en este proceso. Desde que comencé a tener encuentros de sexo fetichista con él, tuvo cuatro pares de zapatillas; las puma con las que lo conocí, un par de nikes 90 y dos pares de adidas.

A su último par, en la semana previa a la primavera, les había arrancado el refuerzo de la talonera. Con esta transformación y los cordones sueltos se le salían constantemente y casi siempre el cuero se le amontonaba en la parte de atrás. Les confieso que era un cuadro bastante excitante, hasta un día aprovechando que quedamos solos para cerrar tuvimos un encuentro sexual con sus zapas, acompañado de una estupenda felación en el baño del estudio.

La sorpresa la experimenté el miércoles de la semana pasada, cuando entró a trabajar como todas las mañanas con un modelo poco usual de zapatillas umbro. Nunca las había visto e inmediatamente me deslumbró lo masculinas que lucían en los pies de Pablo. Apenas tuve la oportunidad de hablar con él, le manifesté lo mucho que me calentaban sus nuevas zapas. Me comentó que se las había comprado hacía un par de días y ya se había masturbado unas cuantas veces con ellas. Arreglamos irnos juntos después del trabajo a su departamento.

Mientras caminábamos hasta su casa, me llamó la atención que en una de las esquinas, mientras esperábamos que el semáforo nos habilite para cruzar, se pare justo dentro de un charco de agua estancada que había junto al cordón. Inmediatamente sus zapas se humedecieron. Si alguien lo vio seguramente habrá pensado que Pablo estaba loco o era medio tonto… sin embargo a nosotros nos excitó tremendamente. Esos juegos morbosos en público hacen que nuestras fantasías se disparen a mil.

Cuando estuvimos en su casa, inmediatamente nos pusimos a transar y al mismo tiempo yo frotaba mi pene dentro de una de sus zapas. La eyaculación no tardó en llegar. Evidentemente se habían mojado bastante en ese charco, las plantillas estaban bien húmedas. Los juegos fetichistas continuaron bajo la ducha, donde las zapas terminaron de empaparse.

Para entonces ya era de noche. Yo estaba decidido a pasar la noche con Pablito y sus nuevas zapas. Justamente esa noche estaba solo de manera que no había impedimento alguno. Fue una noche de alto sexo, donde casi no dormimos.

A la mañana siguiente los dos fuimos juntos al trabajo. Él debió volver a usar sus gastadas Adidas. Las zapas nuevas estaban muy mojadas además que ambos las sometimos a un par de grandiosas lluvias doradas.

Al medio día yo salí para mi casa como siempre, él permaneció un rato más porque debía hacer unas diligencias. Fue más o menos alrededor de las dos y media que alguien tocó el portero eléctrico de mi departamento. Era Pablito, venía calzado con sus viejas Adidas y con la propuesta de destruirlas esa misma siesta.

Apenas entró nos fuimos a la cama y mientras me penetraba calzado en mis Adidas Kundo nuevas yo olía frenéticamente sus viejas zapas. Mi culo todavía chorreaba su leche tibia, cuando tomando un poco de alcohol y un encendedor le metió fuego a sus viejas zapatillas. El estupendo espectáculo de ver arder esas zapatillas donde tantas veces nos habíamos masturbado, se completó con una magistral mamada que me hizo mientras se quemaban.

Los restos carbonizados de las zapas de Pablito fueron a parar a la basura. Como necesitaba un par para irse a su casa se quedó con mis Adidas Kundo, asegurándome que mes las devolvería a los días bien llenas de su leche.

Durante los días que siguieron las usó todos los días. Cuando tenía alguna oportunidad no dejaba de mencionarme que se había masturbado en ellas o bien que había orinado en su interior. Un día apareció con las zapas sin cordones, eso me indicó que los juegos que me comentaba eran reales.

El jueves pasado nuevamente nos quedamos solos antes de cerrar el estudio. Pablo entró al baño con mis zapas puestas y al rato salió descalzo pidiéndome que fuese al baño para encontrar una sorpresa.

Cuando entré al baño encontré mi par de Adidas bañadas en semen. Él entró detrás de mí y agachándose para lamer sus guascazos me pidió que lo penetrara. Después que transamos un buen rato, me propuso cambiarme el par de Adidas por sus Umbro. Yo acepté hacerlo por un tiempo.

Actualmente tengo su par de zapatillas Umbro, las que vengo usando constantemente. Pablito viene gozando de mi par de Adidas. La semana próxima nos devolveremos nuestros respectivos pares. Aun no sé si él habrá usado mis zapatillas con algún vago, yo todavía no logré encontrar a nadie que quiera pasar un buen momento de fetichismo con este espectacular par de Umbro.

No hay comentarios.: