MIS CHONGUITO: EL ROLINGUITA PUTO

A este pibe lo pongo por pelotudo, no le avisé que pongo una foto de él. Es el típico puto tapado buchón. Es de Esperanza (por eso es así) y estudia en Santa Fe. Desde que está en esta ciudad se hace el rolinga todo el tiempo, pero si lo mirás de cerca vez bien que pierde plumas por todos lados, bastante amaneradito es. Yo lo conocí en la facu de económicas, especificamente en los baños. Una vez que estaba con otro pibe mamando pija de lo mejor, él entró y en lugar de irse se nos quedó mirando con gestito de "se me hace agua la boca". Como lo vimos tan interesado, yo, que en ese momento no tenía la boca ocupada, lo invité. Su respuesta fue típica: "qué te pasa, te pensás que sos trolo?, pedazo de puto...". Y después de esto se dio media vuleta y se fue. Yo no le di mayor importancia, pero al cabo de tres semanas, un día que entré al baño me siguió y se metió de atrás. Mientras estaba orinando se paró a mis espaldas y metiéndome la mano por el pantalón acariciandome el culo, me dijo: "te quiero dar". Sin muchas vueltas, yo giré y le estampé un beso mientras lo empujé sobre uno de los hinodoros. Cerré la puerta y mientras lo besaba me iba metiendo el dedo en el culo para dilatarme. Solo que cuando el sacó su "pitito", o sorpresa no se paraba... "querés que te chupe?", le pregunté, pero tampoco funcionó. Su inocencia me calentó bastante, así que pelando mi pito, que si estaba bien duro, le dije; "te la voy a poner yo, me parece que es lo que querés". Sin decirme nada se paro de espaldas y abrió las piernas. Yo empecé chupándole el culo, sus gemidos eran estremecedores. Cuando lo vi abierto le empecé a mandar la pija. Los suspiros del rolinga eran un aliento para no parar, poco a poco se empezó a quejar por el dolor, pero al mismo tiempo insistía para que continue penetrándolo. Cuando me llegó el momento de acabar simplemente saqué la pija de su orto, le cerré las piernas, lo puse de frente y eyaculé sobre sus bolas. Allí noté que mientras lo penetraba se había acabado encima. Nos transamos un poco más y así como estaba se levantó sus vaqueros desalineados, se calzó sus zapatillas de lona con los cordones desatados y con la leche caliente chorreando por sus piernas se fue. Unas cinco o seis veces más nos encontramos y nuevamente me entregó su culo. En una de estas oportunidades se quiso tragar mi leche, pero la escupió toda al toque. Otra vez, cuando le conté mis fantasías fetichistas, me dió una de sus zapatillas para que acabe adentro y después se la puso sin medias con mi acabada fresca; lo cuál me enloqueció. Todo andaba bien, hasta que me enteré que la había vendido cambiada entre unos pibes conocidos de los dos. Les dijo que me empernaba de lo lindo y esa no me la comí. Fer, además de la piña que te comiste hace un año por buchón, acá cuento nuestra historia por la web y la adorno con la fotito que pusiste en tu perfil... que te gotee finito...